«En un bajo no se molesta menos que en un quinto»
Se limita la actividad de las viviendas vacacionales a bajos y primeras plantas, algo que enfada y decepciona a los caseros de este tipo de inmuebles
El último informe de Eurostat habla de 8,3 millones de noches reservadas en viviendas vacacionales en Madrid en 2019 -en el top 5 de este ránking sólo por detrás de París, Barcelona, Roma y Lisboa-, lo que supone «1.800 millones de euros», según este presidente: «No está Madrid para tirar ese dinero ni nosotros para decirles a los más de 13.000 trabajadores que puede haber que tienen que irse al paro».
«ESTAS VIVIENDAS SON UN PROBLEMÓN»
Por su parte, los vecinos madrileños no ven con malos ojos estas nuevas medidas. «Si el acuerdo es que los pisos turísticos se van permitir sólo en plantas bajas y primeros es una mejora sustancial respecto a lo que hay en estos momentos. Aunque no es legal están en todas partes. Ahora mismo vivimos en una situación de ilegalidad extrema. Sería un progreso siempre que se cumpla, porque recordemos que la anterior normativa [la de Carmena] no se ha cumplido», valora Vicente Pérez, responsable de Urbanismo de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).
A juicio de este portavoz, los pisos turísticos, así como las cocinas fantasma, no deberían instalarse en bloques residenciales ya que «sólo crean problemas»: molestias, mala convivencia… «Tendrían que estar acotadas a edificios terciarios, pero no a residenciales. Por ejemplo, tras el estado de alarma se alquilaban estas viviendas para hacer fiestas. La Policía tenía que ir una y otra vez… Estas viviendas han sido, son y serán un problemón en la ciudad».
Fuente: el mundo